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LA VANGUARDIA
informar en el expediente que se instruía á un un conflicto en la fábrica de Godo de San Mar-taluña y frente á la fábrica de telas metáli- con las piernas dispuestas de tal suerte que
«mpleado de aquella administración, que remitió tín de Provensals. El conflicto íué tan feno- cas del señor Riviére, habia un tumulto no dejan espacio para pasar al viandante y
á San Martín de Provensals una carta dirigida á menal, según la novela del periódico, en grande. Los agentes de policía, según de pú- le obligan á saltar para evitar un tropezón.
San Martín de Sasgayolas. cuestión, que llegó al extremo de que un blico se dijo, habían disparado varios tiros. Anda unos pasos más y de súbito recibe uní
También parece que el alcalde y los presiden- número de operarias despedidas rodeasen y Una bala hirió á un joven curtidor, Juan ducha en las piernas, que le deja como nue-
tes de algunas sociedades de Tarrasa, solicitan la apaleasen al gerente de la fábrica, señor Godo. Castells, atravesándole el muslo. A última
reposición de dichos carteros. vos los pantalones: es que un mancebo,
Mal informaron al susodicho periódico, hora de la tarde fue trasladado al Hospital aprendiz de tendero, andando para atrás rie-
Mañana saldrá para el Valle de Aran, el capi- por más que dé la noticia sin reservas y sin para la extracción del proyectil. ga la acera sin cuidarse de donde cae el agua.
tán de Estado Mayor, don Rafael Aparici, para atenuaciones. Los toneleros celebraron anoche una reu- Prosigue el paseo y ha de bajar al arroyo por-
terminar los trabajos geodésicas de primer orden, Precisamente ni ocurrió lo que relata, ni nión y acordaron no acudir al trabajo. Igual que á un cafetero se le ha ocurrido poner al
«iue se están llevando á cabo en dicho valle.
cosa que de lejos ó de cerca se le parezca. El resolución habían adoptado los curtidores. fresco las mesas de su establecimiento y á
Algunos colegas dicen que un sujete titulado martes, día del supuesto suceso, al presentar- muchos parroquianos sentarse junto á aque-
marqués recorre importantes establecimientos exi- se á trabajar un pequeño número de opera- Los operarios de la fábrica que el señor Rivie- llas mesas aumentando así el obstáculo.
giendo cantidades, amenazando á ¡es dueños con rias que el lunes no habían comparecido al re tiene en San Martín de Provensals, ayer se de- Cuando el infeliz cree haber llegado á puer-
la difamación, caso de no serles entregadas. trabajo, fueron despedidas, como ya presu- clararon en huelga. Según noticias, acudieran en to, un nuevo achuchón le advierte que un
Creemos del caso que ¡as autoridades inter- mían; pidieron su isalario, cobraron y se re- tropel y dando desaforados gritos al despacho, pre- carpintero ha tenido á bien sacar un estan-
vengan para imponer 4 dicho sujeto el debide co- tiraron sin que ocurriese tumulto alguno ni tendiendo hablar todos k la vez, de suerte que el darte hasta el arroyo y á una altura de unos
rrectivo. nadie se propasase de palabra ni de obra'con- señor Riviere no pudo enterarse de lo que preten- cuatro palmos; la precisa para que no se pue-
Hemos recibido la última novela que ha publi- tra el gerente de la casa, presente al acto. dían sus operarios. Estos rompieron los cristales da pasar agachándose ni saltando como no
trabajaban.
donde
de la fábrica
cado la Biblioteca del notable semanario Barcelo- Y aquí paró todo. Ni un solo operario de se posean notables aptitudes gimnásticas.
na Cómica. Se tituk «El secreto del marino» y es los muchos que trabajan en la íábrica de te- Puede el transeúnte considerarse dichosos!
una interesante narración, debida á la galana plu- jidos, donde ocurrió lo relatado, ni uno solo además de los percances referidos no ha sen-
ma dei conocido escritor don P. Eduardo de de los que trabajan en la de hilados habió Las aceras efe Barcelona tido la caricia de un par de botas en la mis-
Bray. La historieta tiene toques delicados que mísima boca, cosa que indefectiblemente su-
conmueven al lector. Va ilustrada con bonitos di- siquiera de huelga ni amenazó ni apaleó. cede en varias calles habitadas por los devo-
bujos del hábil lápiz del señor Passos. Trabajaron todos el lunes, fuera de las pocas Ni todas las calles tienen aceras, ni las
operarias despedidas, trabajaron el martes, aceras sirven para el objeto á que están des- tos de San Crispin; si no le han detenido
En el vapor «Bellver», qus á las seis de la ma- trabajaron ayer, como han trabajado siem- tinadas. Esperando el día en que desaparez- veinticinco mujerzuelas; si algún pintor no
ñana fondeó ayer en este puerto, regresaron de pre, á título de buenos y laboriosos operarios le ha embadurnado el traje y un pescador no
Palma de Mailorca las sociedades corales que el que son, amigos de ganar su pan y el de sus can los callejones más ó menos sucios que le ha derribado el sombrero con aquellas
lunes dieron un festival en ¡a piaza de toros de familias. afean y hacen malsana la ciudad, podrían ios cestas monumentales y goteantes, que pasan
aquella población. barceloneses, cuando menos, conseguir que al trote largo por arroyo y aceras, sin distin-
Dichas sociedades son: A la una de la madrugada de ayer cele- las aceras existentes evitaran las molestias ción,
«Alba», de Barcelona.—«Flora», de San Juan braron varios delegados obreros de las fábri- que el paso por el arroyo produce, con sólo
Despí.—«La Paloma», de Esplugas.—«Casino Ar- cas de San Martín de Provensals una reu- lograr que las autoridades municipales cum- Y los municipales tan satisfechos, sin re-
tesano», Barcelonetá.—«La Americana», de Saba- nión en la que después de discutir breve- plieran como deben el cometido que se com- cordar que hay unas Ordenanzas para la bue-
deü.—«La Juventud», de Monistrol de Montser- mente se acordó que á la hora de entrar los prometen á desempeñar cuando se les dá pose- na policía urbana y que ellos deben cuidar
rat.—«La Unió Viianovesa», de Viüanueva y Gel- obreros en las fábricas no se acudiese á ellas. sión de su cargo, que deben, exclusivamente, de que se cumplan exactamente.
trú.—«La Barretinense», de. Las Corts.—«La Flo- Ese acuerdo se cumplió en parte y en parte á la confianza que en ellas depositan sus con-
resta», de Bordeta.—«El Porvenir», de Cornelia ciudadanos. Más sucede aquí todo lo contra-
del Llobregat.—«Perla Agusánense», de Barcele- no. Algunas fábricas que anteayer habían rio de lo que en buena lógica debiera espe-
na.—«La Campestre», de Hospitalet de Llobregat. trabajado, permanecieron cerradas ayer. 1 1
—«Familiar Provensalense», de San Martín de Otras, las de hilados entre ellas, trabajaron rarse. Existen unas Ordenanzas Municipales; r tfcicr « Universidad
Provensals.—«El Porvenir», de Caídas de Mont- como de costumbre. Por la mañana una co- pero no con objeto de que se cumplan sus
buy.—>«Lo Pom de Flors», de San Justo Desvern. misión de obreros huelguistas se presentó en preceptos, sino para que los conculque quien 8 ' Junio uc n Q2 '
—«La Palma», de Barcelona.—«La Liebre», de todas las fábricas donde se trabajaba é inten- así lo apetezca. Tenemos también agentes
Castellar del Valles.—«Antigna Amigos del Pro- tó hacer parar. No fue escuchada y continuó municipales; pero no sirven para hacer res-
greso», de Sans.—«Terpsícore», de San Baudilio la labor diaria. petar esas Ordenanzas, sino para ver con plá-
del Llogregat.—«La Ilustración Obrera», de Tar- cida calma como los apreciadles vecinos y í i • «
ragona.—«La Violeta», de Cornelia de! Llobregat. Consecuencia de la negativa de los obre- transeúntes se burlan de ellas. Lo cual, sino 3 ' i * i! i" 22 J.
—«La Lira Vendrellense», de Vendreli.—«La Ilus- ros á dejar el trabajo ha sido el que á diver- es muy correcto nadie negará que sea cómo- 48 < b 2O'S
tración Obrera», de Falset.—«Los Amigos», de sas horas algunos huelguistas han tratado de do, y vayase lo uno por lo otro.
Tarrasa.—«El Alba», de Badalona. hacer coacción para que todos sus compañe-
Estas sociedades fueron despedidas en el puer- ros secundaran su actitud. Algunas veces du- tíl desgraciado que sube á una acera de
to de Palma, por una inmensa multitud que gritó rante las discusiones que se promovieron de las calles de Barcelona, tiene por seguros
«¡Viva Cataluña!» á lo cual los catalanes contesta- resultas de esta actitud de ios obreros huel- los siguientes percances: Cuando anda más b S ¡ 4 6o
ren con un «¡Viva Mallorca!» i o KJJ
guistas, tuvo que intervenir la fuerza públi- aprisa, siente de repente un golpe en la cabe- r
ca y lo hizo para que se disolvieran los gru-za que le aturde y un obstáculo en los pies te ¡TOS ~ f.GTi)0
del
gos y para asegurar la libertad del trabajo. que ie hace medir el suelo, amén de una voz te io JO ! cielo
A las dos de la tarde, hora de entrada á iracunda que agota en su obsequio el voca- ^E , 04 n i / ' Despejado.
las fábricas, dejaron de asistir á ellas muchos bulario de las voces soeces que posee el idio- EbL * 02 sai 3 1 Nuboso
de San Martín de Provensals de los obreros que habían asistido por la ma- ma. Se levanta magullado y maltrecho y se 1 C :
ñana y que engrosaron las filas de los que es- da cuenta de lo sucedido: sobre su cabeza ve •v' BFS - ~ GPADO 1 ! OBSERVA-
CIONES
de
Un periódico de esta localidad en su edi- taban sin trabajo. un toldo puesto á la precisa altura de sus na- Cantidad oz nómetroj 'particulares •
ción de ayer mañana, relatando con mani- A las 4 de la tarde, dos parejas de la guar- rices, á fin de que nadie pueda pasar sin ba- o' 03
un tendero
que en
del toldo
y debajo
fiesta exageración lo sucedido en Sas Afueras dia civil á caballo se dirigían á escape por la jarse silla lee cualquier periódico ó libro y Ci Cirr v O") 04
una
con motivo de la huelga, supone ocurrido carretera de Mataró abajo. En la calle de Ca-
percepción más clara, un cansancio de todas público y disponen en última instancia de la ruindad!... con tales argumentos, vuelve á »teatro ha vivido en nuestra patria con
las convenciones del teatro español, las vie- gloria ó de la obscuridad del talento, de su quedar todo por hacer! Lo único que pro- »tal grandeza, que bien puede dejársele al
jas, las más rutinarias, ias que casi no tienen nato superior. Este, si es digno, se retrae. No dujo, pocos años después, tal agitación, fue »cuidado de los amantes desús glorias, y á
que ver ni con las teorías, siempre farrago- quiere nada con las exigencias monstruosas la ley y reglamento de propiedad intelec- »la protección del pueblo.» «La experiencia ha
sas, ni quizás con la verdadera literatura es de los cómicos ilustres, que ya compiten con tual de 1879, los minuciosos artículos que »demostrado que nada influye tanto en la
digna de ocupar la atención; lo que hubo sí, las délos cantantes; le es imposible luchar con aseguraron con gran celo á compositores y »formación de buenos actores como el estu-
que la crisis á que sujetó al teatro tanto y las rencillas y cabalas y el orgullo intratable dramaturgos pingües y sonantes ganancias, »dio y el trabajo y las naturales condício-
tanto estudia sobre la sociedad contemporá- de tales señores. Otras causas de postración tras la incompleta legislación anterior, y los »nes del que al arte dramático se dedica.»
nea, alcanzó á España como á las demás na- existen sin duda: el excesivo número de tea- abusos de que se quejaba aún Revilla, di- Esta experiencia, nuevo Pero Grullo, dice,
ciones, pero acaso no ha sido tampoco tan trillos de hora (aquí las quejas conocidas), ciendo que los autores cobraban «tarde, mal en suma, que para sobresalir en un arte se
intensa como hemos creído ni como imagi- los privilegios de la ópera ¡la ópera siempre! y nunca.» necesita: aplicación y genio. De lo cual infie-
narán los que lean mañana los artículos de no concedidos al teatro nacional, y fomenta- Pero estos proyectos atestiguan, entre otras re el ministro «que, para lo primero, son in-
hoy, cuando á las voces de decadencia, se han dos por la nobleza y las clases más ilustradas. cosas, el absoluto olvido del Conservatorio. necesarias las cátedras del Conservatorio,
unido los temores de una próxima desapari- Para atender al remedio, no hay que pen- Ya lo hacía notar el informe académico cita- »puesto que en otro sitio se enseña esta mate-
ción del teatro, género secundario y artificial! sar ya en subvenciones que se aplicaron do: ¿para qué un teatro-modelo, cuando exis- »ria, y para lo segundo son inútiles porque
siempre sin eficacia alguna, y son vergonzo- te una escuela con idéntico fin? ¿para qué »nunca podrían conseguir lo que no está al
Por cuarta ó quinta vez en lo que va de »alcance del poder humano». Pero á los po-
siglo, tales clamores engendraron varios pro- sa limosna á la holganza y á la medianía. Lo una enseñanza práctica, viva y permanente, cos años otro ministro ya no consideraba inú-
yectos, y pusieron en boga las panaceas tea- que es forzoso es ia enérgica intervención del cuando los actores que han de darla, son los tiles las cátedras y las restablecía. ¡Mal se
de
ceda los teatros
Estado: que el Estado
su mismos que ejercen
trales. Al Ayuntamiento de Madrid se le propiedad á la empresa que mejor cumpla de profesores en el Con- habían portado los amantes de las glorias
ocurrió discutir si era oportuno seguir per- servatorio, donde ni les falta un salón-tea- dramáticas y mal había protegido el fjueblo
mitiendo en su teatro obras extranjeras: como preestablecidas condiciones. Estas* serían: la tro, en que exhibirse de modelos? Pero nadie su teatro! Pero con esto, poco hubo qué espe-
siempre, habia que atajar el diluvio de tra- creación de comités de lectura, excluyendo se acuerda deque exista, sino es para la- rar tampoco del restablecimiento, si atende-
dos direc-
de ellas á dramaturgos y artistas;
ducciones. Un autor, oculto bajo pseudóni- mentar también de lustro en lustro su abso- mos á los programas de la Memoria. Uno
mo, publica su correspondiente folleto sobre ciones: una artística, otra de la compañía for- luta inutilidad. La Exposición de Filadelfia, hay, muy racional, (y por cierto paralas
mada por los mejores, y sujeta á férrea
disci-
las causas de postración del teatro. Don Mi- (1876) ofrece al Conservatorio ocasión de sin- alumnas, los alumnos no tendrían programa
guel Vicente Roca, empresario, funda una piina,(no por cierta llevada el extremo de su- cerarse en la Memoria exigida por el Gobier- en aquella fecha), en el cual, sin embargo,
las categorías, práctica
primir
especial del
de tantas sociedades de autores y artistas, señor Roca); obligación de representar de- no para aquel concurso. Y en efecto; la Me- empieza su autor por consignar la «imposi-
una liga y cruzada «contra la corrupción del moria responde perfectamente á la idea que bilidad absoluta de iniciar á los discípulos
gusto», y propone que el Gobierno cree un terminado número de obras nuevas y origi- se tiene de aquellos trabajos. Ya en el prólo- en el difícil arte» «la precisión en que se ha-
impuesto singular: habían de pagarlo todos nales, y de excluir traducciones, comedias go, se escribe con toda anticipación, lo que »lla de reducir su enseñanza á una clase pu-
piezas bufas,
de espectáculo,
los teatros, y verter en la caja.del señor Roca, bailes... salvo el de cualquier instituto español podría escri- »ramente práctica». Con el programa «las
que administraría el Español. Revilla, á su nacional... Se creaba, en una palabra, un birse: « efecto de las continuas pertur- »alumnas adquirirán por sí (como puedan)
vez, interviene en el asunto: antes y después teatro modelo, que sería ejemplo y luz de to- baciones políticas, que, desde muchos años »la educación científica, que es imposible
vez la Come-
dos los demás de España: otra
de aquellas proposiciones, vuelve á tratar el »aniquilan á la Nación, no ha llegado todavía »darles en el estado actual de la Escuela de
tema, como si nadie hubiese hablado de él dia francesa... No diré que asombre, pero sí »una época de completa tranquilidad y orden »declamación.» Y remata el autor, escribien-
todavía. Véanse sus artículos: La decadencia que produce un efecto muy cómico, cuando »estable para el desarrollo de las artes, cien- do en su programa: Imposibilidad de enseñar
de la escena española y el deber del Gobierno se tienen á mano en un rimero, documentos »cias é industrias. Este contratiempo.... ha á ser actor: ¡franqueza notable en un profe-
como
fechas, ver
análogos de distintas
se re- »dejado
(1876). Comités de lectura y teatros oficiales. piten casi cada lustro los mismos proyectos sentir sus consecuencias en nuestra sor de cátedra!....
El Teatro Español (1877). La organización »escuela, por cuya razón se observará en el
del teatro español (1877). sin que se realizen nunca,y sin que los propo- »curso de esta lijera reseña, que los Regla- Pero no hemos de continuar ya hasta es-
nentes se percaten deaquellaabsoluta carencia mentos por que se ha gobernado aquella,
reseña
de las vici-
Pasó ya de moda el optimismo de los in- de novdad. Por aquellas y otras proposiciones »sDn muchos y de diversa índole.» Y uno de tos últimos años, la rápida que hemos procu-
situdes del
español
teatro
dividualistas y partidarios del laisse^-faire. de Revilla, vuelven á pasar las lamentaciones los directores añade: la escuela «.... vivió rado hacer tan compendiosa como ha permi-
Revilla carga'contra ellos, declarándose re- de Fígaro contra nuestros actores, (¡cosa per- siempre vida interina y pendiente de arreglo
sueltamente «autoritario y socialista», y con- dida!) el proyecto de Patricio de la Escosura, definitivo.» Realmente; la memoria es, en tido la multitud de hechos distintos que nos
han
excursión. Aunque,
asaltado en nuestra
vencido de que el Estado ha de intervenir con sus dos direcciones independientes, las buena parte, una compilación de leyes, re- en mi sentir, estamos presenciando ^banca-
vigorosamente en la marcha del teatro, como reformas del conde de San Luis, algo de las glamentos, instrucciones, y programas dis- rrota y liquidación definitiva de este ultimo-
en la dirección de toda cultura: sistema pre- proposiciones de Romea en 1860, el informe conformes entre sí, aveces dentro de un mis- período reseñado, todavía viven como actua-
ventivo, reglamentos orgánicos, previa cen- de la Academia de ciencias morales, de la mo año; ni estabilidad, ni plan sólido y con- lidad muchos de sus autores y casi todas las
sura, protección al arte: todo le parece poco. misma fecha,... y sin duda, un sin fin de ar- secuente. Allí, como en todas partes, el pen- compañías que representan sus obras; to-
La libertad teatral dio flacos resultados. La tículos ó folletos que no conozco y que jura- samiento con sus líneas onduladas, entran- davía discutimos |y nos movemos á impul-
causa de la decadencia se halla para Revilla ría habrán dicho lo mismo, exactamente lo tes, salientes, entrecruzándose, marca en el sos de las mismas ideas que germinaron y
en el retraimiento de los buenos dramatur- mismo, cada cinco años todo lo más. Ni cuadro el continuo retemblar del suelo espa- batallaron en estos últimos años. Como de
gos, causada por los actores. Estos llevan en faltan tampoco las objeciones de siempre en ñol y de la gobernación del país. Tras tantos actualidad que son todavía he cuidado de
todo aquel recuento la peor parte. Sobre no la respectiva poiémica. ¡Los comités de lec- decretos, llega la Revolución de Septiembre, que no figuraran todas en este capítulo,
merecer ni el nombre de tales (con escasísi- tura! ¡Pues si han existido mil veces y dan y á las pocas horas, suprime de una plumada puesto que tienen su propio lugar en los si-
mas excepciones), se han erigido en empre- por resultado las cotteriesl ¡Un teatro-mode- las cátedras de declamación con las secas ra- guientes.
sarios, en directores de escena, en arbitros lo! Pues si se forma inmediatamente una li- zones de quien se alivia de una carga inútil,
infalibles..,., y ¡claro está!... se imponen al teratura oficial, plantel de medianos, vivido- deque ya se ha murmurado bastante. El Me permitiré tan solo para dejar termi-
autor, le obligan á escribir á gusto de ellos: res é impotentes! ¡Disciplinar á ios artistas! Real Conservatorio pasa á ser Escuela nacio- nado este, resumir las consecuencias que á
ellos admiten, ellos rechazan, revisan, muti- Pues si el teatro, de telón adentro, parece nal de música á secas. A la pobre decla- mi juicio se desprendan de los hechos apun-
lan cuanto no se acomoda á sus facultades. condenado á ser por los siglos de los siglos, mación,—que en todo aquel historial ya fi- tados, como primeros trazos de este ligero
Con su peculiar criterio artístico, que atiende libre proscenio de fugaces y deslumbradoras gura desairadamente como pieza separada ensayo dei teatro español ennuestros días.
ai lucimiento personal é inmediato, y al in- grandezas, y oculto vivero de toda miseria y en cuerda floja,—se la despide diciendo: «el J. YXART.
mediato lucro, fomentan las aberraciones del

